miércoles, 19 de agosto de 2009

LA HISTORIA INCABADA


Pensando cómo es (o puede ser) vivir y producir desde adentro de una sociedad que dice estar plagada de botones y pantallas, decidí arrancar mi análisis a través de una obviedad discutible: ¿Qué es la tecnología?Según Karl Marx, esta rama del conocimiento constituye una de las fuerzas productivas de cualquier sociedad. A partir de ella, los hombres trabajando, y entablando por ello relaciones sociales de producción, elaboran ciertos utensillos que, a su vez, servirán luego para procesar otros nuevos. La imprenta o la computadora, entonces, no son tecnologías en tanto aparatos, sino gracias a los procesos creativos que potencian. Por acopio tecnológico se puede entender, así, al conjunto de medios y procedimientos a partir de los cuales el hombre puede modificar o manipular su entorno, construyendo espacios transformadores. De ahí en más, las ideas parecieron comenzar a cerrarse (o a abrirse).


Cuestión de episteme
Según
Lev Manovich , actualmente vivenciamos el apogeo de novedosos medios de comunicación, promovidos por el desarrollo de las nuevas tecnologías informacionales. Estos sistemas, más precisamente la Internet y los distintos dispositivos en red que utilizamos para comunicarnos, supieron ganar terreno hasta escalar más alto que las viejas reinas industriales (la radio, la fotografía impresa, la prensa escrita).A través de estos medios, nos dice Scott Lash, nos relacionamos haciendo “interfaz” (son ahora nuestra oreja, nuestra mano, nuestro ojo), generando, así, “formas tecnológicas de vida”.Según el autor, éstas últimas son “maneras de hacer las cosas”, “formas de comprender al mundo” a partir de cuerpos abiertos (los nuestros) que se enlazan a otros cuerpos (las máquinas y los sistemas tecnológicos). Me acuerdo que después de escribir la frase anterior me detuve un instante. Antes y ahora, los hombres se asocian a distintos medios para operar, alterar o controlar el ambiente que los rodea. Lo llamativo del asunto es que cada uno de esos circuitos posibilita disímiles oportunidades de producción, almacenamiento y distribución de datos. En este sentido, en la hacienda del lenguaje (que es la que a mi más me interesa), hoy se vivencia una transformación importante: las posibilidades de conectarnos con los otros se modifican, y con ello también varían los dispositivos de enunciación vigentes, los lugares ocupados por el enunciador y el destinatario, la construcción discursiva.El qué del relato, su contenido, puede permanecer inmóvil, pero su forma, la estructuración de lo dicho, varía, y con ello, también cambian las posibilidades en el hacer.
Explorando
"Estamos entrando en la nueva era de la educación programada para el descubrimiento más bien que para la instrucción”
Marshall McLuhan
Ahora bien, ¿Cómo utilizar el paquete de TICs, estas nuevas tecnologías y medios de la información y de la comunicación, para crear procesos alternativos de cambio? En este punto las ideas empezaron a enredarse otra vez. Sabía que a través de los nuevos procedimientos técnico-teóricos podía inventar espacios anudados por novedosos (y útiles) vínculos comunicativos (contacto entre actores dispersos por todo el globo, intercambio de producciones, acceso fugaz a información de todo tipo, pero, también, generación de sensaciones, impresiones sobre los “tecnocuerpos”). Sin embargo, presentía que algo (fundamental) estaba faltando. Para transparentar mis pensamientos, decidí buscar algún referente concreto.
“El sistema educativo argentino”, me dije y entonces la pregunta salió solita: ¿cómo edificar espacios alternativos en materia educacional en nuestro país actual y con nuestras posibilidades técnicas actuales? Espacios, donde, primero que nada, los niños excluidos (oprimidos) del sistema puedan experimentar y crear conocimientos, pensar proyectos de acción, construir imaginarios, participar activamente en los procesos de aprendizaje y de enseñanza.Ahí nomás recordé algo que había leído en el texto de Lucien Sfez, “Técnica e Ideología”, y me puse a buscar otra vez.Según el autor, los sistemas tecnológicos no son, en ningún caso, entidades neutrales y exteriores a los hombres y, siempre, se imbrican con los discursos que se fundan sobre ellos. Estos relatos, según Sfez, son “ficciones”, en el sentido de que constituyen narraciones sociales, construcciones colectivas y forman, con las tecnologías, una sola cosa. No se los puede separar; si, por ejemplo, una maestra y su curso deciden crear un
weblog para compartir textos y producciones literarias, atrás (y adelante) de esa utilización técnica hay un proyecto, hay una enunciación.En ese momento, Eliseo Verón se me apareció de repente: “la acción social misma no es determinable fuera de la estructura simbólica e imaginaria que la define como tal”, preconizaba en uno de sus libros de investigación, "Perón o muerte” , el lingüista argentino. Según él, para comprender ciertos “comportamientos”, es necesario descifrar las redes discursivas, las instancias de enunciación, que los actores sociales tejen sobre ellos.


Entonces, me di cuenta que para hacer (para construir) es fundamental también decir. Y este “expresar” no significa algo aleatorio o secundario, todo lo contrario, ocupa un papel fundamental en cualquier proyecto. Después de algún tiempo (4 años, más o menos) llegué a una conclusión: lo que primero necesitamos para construir espacios educativos transformadores (sigo tomando a mi ejemplo articulador como guía de referencia) es una reflexión estratégica. Un razonamiento que incluya investigación y planificación, un análisis profundo de la situación específica a trabajar. Saber cómo concebimos al sujeto, a la sociedad, a la comunicación; entender qué queremos cambiar para construir el cómo vamos a cambiarlo. Porque si el orden hegemónico de exclusión social que nos regula es histórico (y lo es), nosotros, seres también históricos, podemos crear las condiciones de producción de un conocimiento (histórico) revolucionario. Hay muchas preguntas pertinentes por hacernos: ¿Quiénes son los enanos tecnológicos?, por ejemplo.Porque no todos los niños argentinos tienen igual acceso ni igual apropiación de los “nuevos medios”. Porque, desgraciadamente, esa accesibilidad excluyente tiene todavía que ver con disponibilidades económicas y con posibilidades clasistas. Porque no aprende lo mismo (o mejor dicho, no tiene iguales posibilidades de construir con las TICs), un chico que practica con una computadora una vez cada quince días durante una hora (cuando le toca su clase de informática), que otro que la tiene en casa y la usa a cada rato, que otro que ni posee ordenador ni va a la escuela. Obviamente, esos niños no pueden considerarse como iguales a la hora de pensar un espacio educativo que incluya la utilización de nuevas tecnologías para crear relaciones cognitivas. Si así lo fueran, estaríamos hablando del “saber ingenuo”, de la “educación desarmada”, inválida desde la perspectiva del padre de la educación popular, Paulo Freire. Al contrario, el pedagogo brasileño preconiza la práctica docente crítica que “…encierra el movimiento dinámico, dialéctico, entre el hacer y el pensar sobre el hacer”.
En este sentido, el comunicador, investigador y profesor
Mario Kaplún puede aclaranos un poco más el panorama:







El número de “verdades” objetables asciende rápidamente si pensamos en esta dirección. Muchas veces, el mundo de las certezas se encuentra atravesado por construcciones “espontáneas” (y tendenciosas), no rigurosamente revisadas ni críticamente analizadas. ¿Estamos seguros, por ejemplo, de que en el mundo actual, dominado por el “tercer entorno” de Echeverría, las manos agrietadas y cansadas se encuentran en vías de extinción mientras el trabajo inmaterial lo envuelve todo? “Debemos ser cuidadosos a la hora de etiquetar la nueva época”, dice Juan Monteverde en su “Dialéctica y contradictoria”; frase con la que no podría estar más de acuerdo, sobre todo porque lleva consigo la idea que preconiza mi compañero acerca del uso de “categorías desmesuradas” (como la “abolición del trabajo material” y la “supremacía del inmaterial”) muy comunes en los ensayos posmodernos. En medio de nuestra realidad histórica latinoamericana, en cambio, el esfuerzo por “…apostar al pensamiento crítico para no caer en las fetichizaciones y encantamientos con las nuevas teorías, pero a la vez seguir pensando las nuevas realidades y prácticas sociales producidas por las TICs que sin dudas no son explicables con los viejos manuales de teoría política”, constituye un acontecer imprescindible para llevar a cabo cualquier acción que desee tildarse de transformadora. Citando por última vez a Monteverde, sus palabras dicen: “…es cierto, no podemos seguir analizando a toda la actividad del conjunto social todavía, con el capital de Marx y el “imperialismo fase superior de capitalismo de Lenin”. Pero no hay que descartarlos tan rápidamente y reemplazarlos por teorías posmodernas que sólo se explican a sí mismas y tienen hoy en los ámbitos académicos a sus más fieles seguidores”.Siguiendo argumentos similares, otra compañera, Paula Bertolino, propone un pensamiento que reflexione acerca “…de los cambios que las nuevas tecnologías producen en nuestras vidas, pero haciendo hincapié en nuestra situación de ciudadanos de países periféricos. Es decir, leyendo críticamente los planteos de los autores provenientes de los países centrales, sin caer en extrapolaciones ficticias…”
Comunicación y cambio
Sin casi darme cuenta empecé, de esta forma, a hablar de Sabino y sus “momentos metodológico y técnico” en el trabajo científico. Aquí podemos o no estar haciendo ciencia, pero la aclaración también vale. Las dos etapas (epistemológicas) se encuentran íntimamente relacionadas, son el cómo (y el por qué) y el con qué vamos a trabajar, la fundamentación, el relato que sirve de andamio y la instancia donde los instrumentos se vuelven experiencia. Ambas, además, implican tomar decisiones que determinarán tanto el marco teórico como los procedimientos prácticos que englobarán el proyecto. Todo eso implica razonar estratégicamente y todo eso también es político. Es producir para un cambio, es pensar a la comunicación como discurso y como acción creativos.
“Divinizar o satanizar la tecnología o la ciencia es una forma altamente negativa y peligrosa del pensar errado (…). Pensar acertadamente, por el contrario, demanda profundidad y no superficialidad en la comprensión y en la interpretación de los hechos”
Paulo Freire
Desde este lugar proviene mi idea de “trabajar como arañas”, de tejer relaciones entre conceptos, tácticas, herramientas, objetivos y operaciones. Porque este bicho de ocho patas gestiona todo un plan y, gracias a él, monta su tela, su red, su casa. Porque cuando uno de los hilos se rompe o cuando no sabe bien dónde atar su creación, la araña sube y baja, inspecciona, mira desde distintos ángulos y desde allí toma decisiones. Actuar de esa forma es también entrelazar relaciones de fuerza. Porque creo que el poder hoy y siempre tiene que ver con la posibilidad de construir algo. Y esa oportunidad, a su vez, no se tiene ni llega en un momento cuasi mágico, se construye, se hace y se dice.
Revisando algunas nociones propuestas por
Carl Mitcham en “Tres formas de ser-con la tecnología”, encontré conceptos útiles para aclarar mi idea acerca del pensar discursivo- estratégico. En aquel texto, el autor retoma una categoría preconizada por el filósofo Martin Heidegger, “el ser-en el mundo” (que implica, además, un ser-con el mundo) y, a partir de allí, realiza todo un análisis sobre la condición humana y su relación con los lazos tecnológicos. Entre otras cosas, Mitcham describe que esa “red de equipos y artefactos a-mano para la manipulación” no está compuesta por meras herramientas u objetos naturales. Todo lo contrario, hay allí todo un conjunto de “seres humanos igualmente ligados”. De esta forma, el autor establece que la relación del ser-con a través de pactos técnicos es para Heidegger de “…un carácter principalmente social; se refiere al carácter social del mundo que sale a la luz a través de la práctica técnica”. Entonces, el vínculo entre lo técnico y lo humano es intrínsicamente social y, por lo tanto, implica un nivel de participación que deviene compromiso.Ahora bien, ese ser-con social se manifiesta no sólo a nivel de la presencia inmediata o existencial en las técnicas, sino también en las ideas. Es aquí donde mi reflexión se articula con la de Mitcham: en el mundo social los sujetos sustentan ideas e interactúan con otras ideas y otros sujetos. De ese cruce salen proyectos, se construyen caminos y se elevan monumentos (aunque también puede suceder todo lo contrario); de esa mezcla surgen discursos que se plasman en acciones. Así, cuando las ideas incluyen el reino de las técnicas, éstas primeras pueden llegar a conformar un “lenguaje o un logos de las técnicas”, es decir, una “tecnología”. El concepto de ser-con la tecnología, entonces, constituye un proceso complejo que presupone el “abarcamiento lógico de las técnicas por una sociedad” y su conjunta articulación filosófica.
Autor en link
Navegando por la Web, más precisamente, por el sitio electrónico del diario “Página 12”, encontré una
entrevista que este periódico le hizo al pedagogo, filósofo, comunicador social y uno de los expertos latinoamericanos más reconocidos en el área de educación y nuevas tecnologías, Daniel Prieto Castillo. El diálogo me pareció muy interesante, sobre todo aquella idea de “refundar el sistema educativo argentino desde lo formal y lo no formal” que enarbola el intelectual mendocino. En este sentido, Prieto Castillo afirma que para que la tecnología no sea solamente tecnológica sino además, política (para con ella crear espacios que trabajen por el desarrollo del conocimiento), es esencial una “mediación pedagógica” de esas técnicas. Esa mirada pedagógica reclamada por el entrevistado, ese cómo hacer y decir educación, es un arte, una ciencia y va siempre de la mano de una política determinada. De una estrategia que, a modo de deseo del autor, aborde el método y sus alcances, que piense efectivamente cómo pueden integrarse los medios electrónicos para construir interfaces humano-máquinas creadoras de nuevos sentidos.


Opinar sobre las TICs y las posibilidades creativas que ellas ofrecen es fácil; volverlas dicotomía a partir de cómo los sujetos las piensan (apocalípticas o progresistas), es ingenuo. Sin embargo, explorar sus oportunidades transformadoras, desmenuzarlas y, más aún, articularlas en función de proyectos estratégicos que intenten crear otras realidades, no resulta tan sencillo.En este sentido, la idea de producción multidimencional (e histórica) se encuentra claramente explicada por David Rivas en “Intelectualidad quijotesca” : “Insito con el carácter dialéctico de la praxis y lo técnico-tecnológico: las metáforas entre sentidos (cuerpo) y tecnología (máquina) remiten a este carácter de multilateralidad de la construcción de la realidad, la percepción es el nexo entre el sujeto que percibe y el mundo (…), esa percepción (re)construye la realidad, si la percepción es histórica y en desarrollo, la realidad, por ende también debe serlo”.Así, siguiendo a Rivas y a McLuhan, no existe la explicación causa-efecto, las mecánicas y “fragmentarias pautas de espacio” no nos sirven; todo lo contrario, es la “multiperspectividad dialécticamente determinada” la que permite comprender (para cambiar) fenómenos sociales inscriptos en procesos históricos.
Sabemos que el tiempo vuela demasiado rápido y que muchas de nuestras ideas se desvanecen en el aire; aún así vale la pena reflexionar acerca de cómo podemos (si podemos) aprovechar las posibilidades inventivas que brinda la vida bajo este cielo cibernético. Hay, sin embargo, cuestiones inexorables que no pueden dejarse de lado a la hora de pensar qué hacer y cómo hacerlo: la “curiosidad epistemológica”, la “duda rebelde” de Paulo, la “fuerza creadora del aprender” de Freire; esos pensamientos-acciones que inmunizan los efectos negativos del falso emprender.
¿Cuál es, entonces, el peligro de concebir a las tecnologías como entidades externas a los hombres, en lugar de comprenderlas como “extensiones del ser humano”?¿Qué dejamos pasar cuando suponemos que “el producto” y “el productor” no constituyen una misma forma? La respuesta es simple pero determinante: cuando lo social y lo político se dejan de lado, corremos el riesgo de que una visión meramente instrumental inunde los campos de batalla. Así, no sólo perdemos la oportunidad de ganar la partida, sino también, las esperanzas de volver a intentarlo.Creo, justamente, que ése es el desafío actual: encontrar, tejiendo, alternativas viables en materia de educación y de cualquier otra cosa. Virginia Mazza logra decirlo mucho mejor que yo en
su tercera publicación: “Si el educar ya no es un educar para transformar lo social, si el educar no se plantea como una construcción colectiva del saber y como reconstitución y fortalecimiento de lazos sociales, si el educar se atañe a la mera reproducción del actual estado de las cosas (…) podemos decir (y con esto no quisiera caer en una visión apocalíptica) que el conocimiento no será más que un eslabón reproductor de desigualdad, carente de capacidad para crear

miércoles, 29 de julio de 2009

COCEPTO Y ALCANCE DE LA GESTION



EL CONCEPTO DE GESTIÓN TECNOLÓGICA


1.1. Gestión
En términos generales los conceptos de administración, gerencia y gestión, son sinónimos a pesar de los grandes esfuerzos y discusiones por diferenciarlos. En la práctica se observa que el término managementes traducido como administración pero también como gerencia. En algunos países la administración está más referida a lo público y la gerencia a lo privado. En los libros clásicos se toman como sinónimos administración y gerencia. En el glosario del CINDA, por ejemplo, aparece gestión como equivalente a administración.
Lo esencial de los conceptos administración, gestión y gerencia está en que los tres se refieren a un proceso de "planear, organizar, dirigir, evaluar y controlar" como lo planteara H. Fayol al principio del siglo o Koontz.
Queremos destacar que en los textos de administración así como en sus funciones prácticas no aparece la palabra ejecución, pues si somos esquemáticos podríamos decir: unos hacen y otros administran. El gerente busca que los grupos y personas logren objetivos específicos en desarrollo de la misión de la organización.
A pesar de la esencia común a los tres conceptos, algunas personas le dan un alcance diferente a la administración, la gerencia y la gestión. A la gerencia, muchos expertos le están dando una connotación más externa, más innovadora y de mayor valor agregado en contraste con la administración que la consideran más interna, más de manejo de los existente o de lo funcional. Algún conferencista hacía un símil con la famosa alusión bíblica: "Al administrador le dan tres denarios y conserva tres denarios. Al gerente le dan tres y devuelve más".
El profesor Augusto Uribe de la Universidad Pontificia Bolivariana defiende esa concepción de gerencia. La define como "El manejo estratégico de la organización". Para ello el gerente se encuentra con dos variables: política y tecnología, y requiere de los siguientes instrumentos: visión sistémica de la organización, información, creatividad e innovación.
En esa concepción, al gerente le corresponde una mirada al entorno de modo que la organización pueda generar desarrollo: tomar recursos y producir más recursos. Al administrador le corresponde más el mantenimiento y conservación. De manera similar el profesor Carlos Valencia ha defendido en sus cursos una concepción del gerente para enfrentar lo horizontal, lo transversal de la organización, lo cual lleva a la innovación que se materializa en lo fundamental por proyectos. A la administración se le concibe funcional o vertical.
La experta en gestión curricular, Julia Mora M., en visita a la Universidad, planteó los dos niveles de la gestión: El lineal o tradicional donde es sinónimo de administración: "Por gestión se entiende el conjunto de diligencias que se realizan para desarrollar un proceso o para lograr un producto determinado". Se asume como dirección y gobierno actividades para hacer que las cosas funcionen, con capacidad para generar procesos de transformación de la realidad.
Con una connotación más actualizada o gerencial la gestión es planteada como "una función institucional global e integradora de todas las fuerzas que conforman una organización". En ese sentido la gestión hace énfasis en la dirección y en el ejercicio del liderazgo.
Con lo anterior hemos tratado de dejar en claro que los tres conceptos tienen una esencia común que no incluye la operación o ejecución. También hemos ilustrado que a la administración se le puede dar un alcance (¿o actitud?) más conservador.

1.2. Tecnología
Se refiere a los medios usados para producir, vender o usar un producto o servicio. Muchos autores están llegando a estandarizar la siguiente definición. "Es el conjunto organizado de conocimientos científicos y empíricos para su empleo en la producción, comercialización y uso de bienes y servicios".
Existe una serie de clasificaciones que no se presenta acá por razones de espacio, pero se refieren a criterios de: incorporación, modernidad, ambiental, adecuación, etc. En este trabajo sólo se quieren destacar al menos los dos primeros que están en el vocabulario de profesores y estudiantes, de acuerdo con el grado de incorporación y con la modernidad.
1.2.1. Clasificación de la tecnología de acuerdo con el grado de incorporación
En breve se pueden señalar los siguientes tipos:

Hardware: Es la tecnología incorporada en máquinas.
Software: Es la tecnología no incorporada y se presenta a través de revistas, libros, manuales, videos, programas de computador.
Orgware: Estructuras organizacionales.
Humanware: Es la incorporada en personas, quienes tienen un "know how".
Cercanos a esa clasificación están los conceptos de tecnologías duras o sea las que tienen que ver con los procesos físicos de la producción. En cambio las blandas se asocian a procesos de organización y gerencia.

1.2.2. Clasificación de acuerdo con el grado de modernidad

En este sentido se puede clasificar la tecnología así:
Tecnología primitiva: Corresponde a las épocas primitivas, esclavistas y feudales.
Tecnología moderna: En contraste con la primitiva es la producida en los últimos decenios.
Tecnología atrasada: Es aquella "que ha sido superada en algún factor", por ejemplo la máquina de escribir eléctrica con relación a la de escribir con memoria.
Tecnología de punta: Es aquella que acaba de ser producida. Está "recién sacada del horno".
Para no alargar con más clasificaciones, sólo a manera de enunciado, se mencionarán otros calificativos para la tecnología: medular, periférica, libre, secreta, apropiada, suntuaria, estática, dinámica, aldeana, humana, social, del pueblo...

1.3. Gestión tecnológica

1.3.1. Concepto y alcance
La siguiente definición es muy propia de las publicaciones del CINDA: "Proceso de adopción y ejecución de decisiones sobre las políticas, estrategias, planes y acciones relacionadas con la creación, difusión y uso de la tecnología" [8].
Ello nos muestra varias cosas: un proceso multidisciplinario no sólo en el ámbito de empresa sino de país y que concibe la tecnología como un concepto estratégico. La empresa debe definir si crea la tecnología o la adquiere y adapta.
Al ser multi e interdisciplinaria, la gestión tecnológica no puede ser objeto propio de ninguna profesión o disciplina. Zoltan Szabo nos lo advierte claramente: "Es un proceso que se ocupa de las interfaces entre la ciencia, la ingeniería, la economía y la gerencia de instituciones".
La gestión tecnológica promueve la organización y la ejecución de tareas en relación estrecha con los agentes (investigadores, ingenieros, científicos, tecnólogos): "Pero no es en sí, ni contiene en sí la realización misma de la investigación, la innovación o el control de calidad" enfatiza este experto internacional.

En el glosario de términos del BID–SECAB–CINDA, encontramos una confirmación a ese concepto gerencial: "La gestión tecnológica es la disciplina en la que se mezclan conocimientos de ingeniería, ciencias y administración con el fin de realizar la planeación, el desarrollo y la implantación de soluciones tecnológicas que contribuyan al logro de los objetivos estratégicos y técnicos de una organización".
Y en forma más precisa y funcional la define como "El proceso de administración de las actividades de I + D en todas sus etapas: concepción del
proyecto I + D, negociación, formación de los equipos, seguimiento del proyecto, evaluación de los resultados y transferencia de tecnología hacia el sector productivo".
Podríamos preguntarnos por el alcance de la GT. Al respecto el profesor Jorge Robledo la concibe como una disciplina científica configurada en los últimos treinta años, con un objeto de estudio más o menos delimitado y con unas estrategias y métodos investigativos aproximadamente homogéneos que le dan una identidad propia.
Como la tecnología es irreductible en la ingeniería, muchas profesiones definen campos tecnológicos claros que también deben ser considerados por la gestión tecnológica, de allí que ésta vaya más allá de la gestión ingenieril. Se sugiere, entonces, que muchas personas tengan buenos conocimientos en gestión tecnológica, entre ellos los ingenieros.
El doctor José Luis Villaveces se atreve incluso a proponer a la gestión tecnológica como una rama de las matemáticas, ya que son la base de la toma de decisiones, que es lo central en esta nueva disciplina.
1.3.2. Contexto de la gestión tecnológica
De acuerdo con Zoltan Szabo, se podría pensar en la gestión tecnológica al nivel de un país. Por fuera de éste se encuentra un mercado mundial de tecnología; unos clientes extranjeros de las empresas nacionales pero también la competencia; se encuentran políticas de gobierno; también un conjunto de reglas internacionales sobre comercio, inversión, calidad, ambiente, patentes, etc.
Pero dentro del país se encuentran: un gobierno con políticas de ciencia, tecnología y educación; un mercado nacional de tecnología y finalmente las empresas que tienen clientes y competidores y en todo el contexto nacional y mundial deben tomar una serie de decisiones sobre la tecnología. Deben decidir si hacen un desarrollo propio o si buscan la tecnología en el exterior; en el primer caso deben hacer innovación, en el segundo evaluar, seleccionar, negociar, comprar, adaptar… todas esas actividades exigen todo un concepto de planeación estratégica.
El contexto de la gestión tecnológica lo podemos definir en el ámbito mundial, de país y de empresa, en ésta la gerencia general maneja las siguientes áreas funcionales: producción, finanzas, compras, contabilidad, comercialización, gestión tecnológica.

2. ACTIVIDADES DE LA GESTIÓN TECNOLÓGICA
La gestión tecnológica en la empresa debe precisarse más.

2.1. Actividades de la gestión tecnológica
En el contexto del CINDA se enuncian las siguientes:
  • Monitoreo, análisis y prospectiva tecnológica.
    Planificación del desarrollo tecnológico.
    Diseño de estrategias de desarrollo tecnológico.
    Identificación, evaluación y selección de tecnologías.
    Adaptación e innovación tecnológica.
    Negociación, adquisición y contratación de tecnologías.
    Comercialización de tecnologías de la empresa.
    Patentamiento.
    Financiación del desarrollo tecnológico.
    Selección y capacitación de asesores y operadores tecnológicos.
    Gestión de proyectos de investigación y desarrollo.
    Suministro y evaluación de información técnica.

2.2. Planeación estratégica y planeación tecnológica
La empresa actual requiere fortalecer y ampliar su participación en un mercado global competido. Ello exige plantearse una estrategia. Las opciones más comunes son: innovación de productos, imitación que es una posición de seguidor o la búsqueda de nichos específicos en el mercado. En la práctica tenemos ejemplos como el de la China que compite en costos, Italia que compite en diferenciación o valor agregado o el de los nichos de Harley Davison.
No es el caso abundar sobre la planeación estratégica que apoyándose en estudios prospectivos, diagnósticos y en la misión, visión, objetivos y valores elabora planes, programas que son ejecutados mediante proyectos. Como es obvio, la empresa tiene como funciones producir, comercializar, comprar, financiar, manejar el personal y la gestión de tecnología. Por tanto la planeación de la empresa tiene que llevarse hasta las áreas funcionales. De ahí que tengamos que hablar de "Planeación tecnológica".
A la estrategia de la empresa o corporativa le debe seguir una estrategia tecnológica que en esencia debe decidir si desarrolla internamente la tecnología (I + D) o si opta por la transferencia o compra.
En la planeación tecnológica son claves la prospectiva tecnológica y los diagnósticos (internos y externos).

2.2.1. Prospectiva
En la prospectiva se está hablando mucho de los futuribles (posibles) y futurables (deseables). Ese ejercicio buscaría un futurable dentro de los futuribles. Esto refuerza el concepto de que el futuro no es para esperarlo sino para hacerlo. Tampoco es una prolongación del pasado. Para Francisco Mojica [13] la prospectiva en general es "la identificación de un futuro probable y de un futuro deseable". Entre los futuros posibles o futuribles hay unos pocos que tienen mayor posibilidad de suceder, son los "futuros probables", pero de éstos no todos son positivos por lo cual debemos buscar (y luchar) entre los probables por el "futuro deseable".
En forma más particular, el concepto de prospectiva tecnológica nos lo presenta Jorge Beinstein así: "Investigaciones sistemáticas sobre los futuros desarrollos y aplicaciones de las tecnologías en interacción con otros desarrollos sociales". El problema es entonces socio-tecnológico pues el concepto de porvenir es "múltiple, dependiendo de los proyectos en pugna en el presente, dependientes a su vez de los distintos futuros posibles deseados por los actores y de las relaciones entre tecnología y sociedad".
Hay muchas técnicas de prospectiva, se han popularizado la del método DELPHI y el de ESCENARIOS. Con esta última se busca construir escenarios probables a mediano y largo plazo con hipótesis coherentes que consulten las variables del desarrollo tecnológico como:

  • Las tendencias del mercado nacional y mundial de bienes.
    Las tendencias científicas y tecnológicas.
    Las reglas internacionales de comercio, patentes.
    Tendencias del Sistema Nacional de Tecnología.

2.2.2. Diagnóstico
Acá se debe elaborar el diagnóstico externo referido a puntos como los siguientes. Competitividad tecnológica (líder, media, débil); ubicación principal de la tecnología (producto, proceso, maquinaria, servicio); posición en el ciclo de vida de la tecnología; empresas líderes; grado de disponibilidad.
El diagnóstico interno se refiere a la identificación de brechas de la empresa con relación a la competencia en el mercado de productos y en la producción. De esta forma evaluar la capacidad de innovar, de dominio tecnológico, posición en patentes.
Ese diagnóstico mostrará en resumen: la situación interna que relaciona la tecnología con aspectos de calidad, productos, costos; cómo están los productos, equipos, materiales y procesos frente al "estado del arte" mundial; cuáles son los cuellos de botella en la empresa en relación con equipos y procesos y las amenazas y oportunidades que pueden surgir miradas en perspectiva.
No se debe olvidar que ese diagnóstico tecnológico incluye las tecnologías duras y blandas, cada vez más imbricadas.

2.2.3. Plan tecnológico
Como plan funcional debe incluir, además de la misión y diagnósticos, unas políticas, objetivos, estrategias y portafolio de proyectos con unos presupuesto, indicadores y mecanismos de evaluación y control.

2.3. La innovación tecnológica
En palabras sencillas la innovación se da cuando el invento se comercializa. Más exactamente los compiladores del CINDA la definen como "Avance del conocimiento humano aplicado efectivamente para satisfacer necesidades de las personas o de organizaciones". Esa aplicación se hace efectiva por mecanismos de mercado o servicios del Estado.
No es suficiente el proceso de investigación es necesario completar el ciclo con la introducción exitosa de sus resultados al mercado o a la sociedad. Leonardo Pineda dice que es la suma de concepción, invención y explotación.
La innovación se puede dar en los productos y procesos. Se habla de innovación menor cuando hay mejoras o incrementos reducidos. Es mayor o radical cuando hay cambios o saltos cualitativos que ameritan el patentamiento. El ciclo completo de la innovación puede tener, a juicio de expertos del CINDA, los siguientes elementos:

  • Detección de la necesidad u oportunidad.
    Generación de la idea.
    Evaluación y aprobación del proyecto.
    Solución del problema a través de I + D.
    Elaboración del prototipo.
    Escalamiento y desarrollo comercial.
    Uso, difusión y/o comercialización de la tecnología.

Allí se ve la necesidad de que el producto de los investigadores en la universidad sea encadenado a un concepto empresarial que posibilite llevar el resultado al mercado o la sociedad.
La idea puede surgir: del estudio de productos en uso; de las patentes; de la investigación científica; de los deseos de la gente; de políticas gubernamentales; de los recursos naturales o de oportunidades de exportación. Se requiere un filtro de las ideas a través de la preparación y evaluación del p
royecto de innovación (ello implica un estudio ambiental, técnico, político, social, legal, económico y comercial).
Para algunas carreras de administración, economía e ingeniería son corrientes los cursos de formulación, evaluación y gerencia de proyectos donde se habla incluso del "plan de negocios". El proyecto evaluado pasa a la etapa de I + D. Allí se elabora el prototipo y se estudia el escalamiento donde es importante la ingeniería de diseño, de instalación y de fabricación.
La gestión de la innovación tecnológica exige actividades como: financiamiento, selección de recursos humanos, análisis de la información técnica, estrategias de ejecución, de obtención de patentes y mercadeo.
La labor de mercadeo es tanto o más importante que la producción del "artefacto, sustancia o proceso" por parte de investigadores e ingenieros. Es necesario estudiar la comercialización a través de las variables del marketing mix como precio, plaza, promoción y producto. Debemos pensar no solo en los nuevos productos y servicios sino en el empaquetamiento de la innovación que debe llevar a la obtención de la patente y a la venta llave en mano o bajo el uso de licencias. Volveremos sobre éstos al hablar de transferencia tecnológica.

2.4. Transferencia de tecnología
Normalmente se asocia este concepto al de comercio ó mercado de tecnología. Implica aspectos como selección, evaluación, negociación, propiedad intelectual.

2.4.1. Concepto de transferencia tecnológica
La transferencia se puede dar en el interior de la empresa desde los grupos de innovación hacia la producción. A escala nacional se da entre las empresas; desde el sector académico y gubernamental; también desde los inventores. En el ámbito internacional entre empresas de diferentes países; desde institutos de I + D a otros; desde I + D a las empresas y desde servicios de información técnicas a institutos o empresas.
La transferencia puede ser comercial o no comercial. Esta última se refiere a donaciones, divulgación, copia o piratería e incluso ingeniería inversa. La transferencia comercial se presenta: en los mercados de máquinas, de servicios o de licencias para usar tecnología patentada, en los sistemas "joint ventures" y en la inversión extranjera.

2.4.2. Evaluación de tecnología
Se trata de valorar un paquete tecnológico a partir de una serie de indicadores para seleccionar la más rentable o más conveniente para la empresa.
Existen dos criterios de evaluación: el privado y el social. La evaluación social tiene en cuenta el "costo social" y para ello considera indicadores como desempleo, balanza de pagos y efecto ambiental.
En la evaluación privada se busca por lo general el costo mínimo generado por el capital y los salarios.

2.4.3. Desagregación tecnológica
Muchas veces en el mercado se ofrecen "Paquetes tecnológicos" como la suma de tecnologías blandas y duras, es decir, la maquinaria, la construcción, la instalación, la operación, el mantenimiento, la gestión, la capacitación. Se busca venderlo llave en mano, como una caja negra.
La desagregación significa negociar rubro a rubro, buscando hacer partícipe a la empresa o a la industria nacional, propiciando el aprendizaje y la autonomía. De este ejercicio se llega a definir qué es lo indispensable para comprar. La desagregación tiene más posibilidades de éxito cuando la empresa dispone de una capacidad interna suficiente, lo cual significa fortaleza en ingeniería y gestión (legal, comercial). La capacidad tecnológica interna está relacionada con el Sistema Nacional de Tecnología que se expresa a su vez en la educación científica y tecnológica particularmente las facultades de ingeniería, los servicios tecnológicos y la investigación.

2.4.4. La apropiación tecnológica
Busca asimilar y mejorar la tecnología en la empresa. Puede utilizar, según Campo Elías Bernal, subdirector de innovación de Colciencias, mecanismos como:
El copidiseño o ingeniería inversa (parece que Japón la hizo masivamente después de la Segunda Guerra Mundial).
El registro tecnológico de la información: En Colombia la cultura sobre la información tecnológica es verbal. La otra vez se accidentó un bus donde murieron varios técnicos y casi se acaba la empresa.
La desagregación tecnológica que se habló en 2.4.3.


Otras importantes son: la asistencia técnica y asesoría contratada; el entrenamiento y capacitación de personal; el impulso al diseño de nuevos productos y procesos; la adopción de nuevos esquemas organizacionales (planeación estratégica, manufactura flexible).

2.4.5. La propiedad intelectual
En el comercio de tecnología es importante la protección a la propiedad industrial (intelectual) que puede ser de hecho o de derecho. En el primer caso se busca el secreto y se ponen obstáculos a la copia. En el segundo caso hablamos de una salvaguardia LEGAL.
Para la propiedad intelectual existen: derechos de autor: referidos a obras literarias, artísticas o científicas, son leyes de COPYRIGHT; las patentes para la propiedad industrial; las marcas son diseños, nombres o símbolos; las nuevas variedades vegetales.
La protección de patentes tiene un plazo (10 años por lo general). Para usar la tecnología patentada se debe comprar la patente o la contratación de licencia (que es como un arriendo). La patente sólo protege en el país que la otorga, pero se pueden llegar a acuerdos entre países como la convención de París que ha dado parámetros para la legislación entre países miembros.